Empezaré por presentarme. Mi nombre es Teresa Rodríguez. Nací en Madrid un 16 de octubre, en plenas vendimias, y mi padre llegó tarde al parto porque estaban vendimiando. Estaba claro que mi futuro ya nacía marcado, aunque yo pensé que acabaría siendo médico, pero creo que el destino se encargó de acercarme al vino. Provengo de familia bodeguera, por lo que he conocido el vino, sus olores, exigencias y alegrías desde niña; y ahora lo experimento en primera persona otra vez, pero con la responsabilidad de estar al frente de dos grandes bodegas como son Aura y Tarsus.

Soy Técnico especialista en viticultura y enología por la Escuela y Museo de la vid y del vino de Madrid. Poseo un Máster en viticultura, enología y marketing del vino por The International Social Science Council. Pertenezco al Comité de Cata de la Denominación de Origen Rueda y al de Vinos de la Tierra de Castilla y León. Desde el año 1985 hasta el año 2000 trabajé en la Estación Enológica de Castilla y León, y vinifiqué en bodegas Velasco Estero y Bodegas Tamaral. Mi llegada a Rueda supuso un punto y aparte en mi trayectoria profesional, al descubrir de cerca y ser incondicionalmente seducida por la variedad autóctona de la zona, el verdejo.

He ejercido mi labor al frente de Aura durante más de una década, hasta que Domecq me propuso hace 4 años el reto de compaginar mi trabajo en Aura con el de hacerme cargo de unos selectos vinos en la Ribera del Duero como son los vinos de Tarsus. Un reto que asumí - no sin gran vértigo - pero que ha conseguido completar mi labor como enóloga, y descubrirme los grandes secretos y virtudes que puede encerrar un vino tinto de calidad como los de Tarsus.

He conseguido muchas cosas, pero todavía me quedan muchas más por conseguir para llegar a hacer los vinos maravillosos que todo enólogo sueña crear.